miércoles, 15 de mayo de 2013

NUESTRA CREATIVIDAD A FLOR DE PIEL



El pasado martes tuvimos la suerte de poder visitar el museo Esteban Vicente acompañados por el profesor Agustín García Matilla.
La visita consistía en dos actividades. La primera visitar el museo y conocer más sobre las obras de Mon Montoya que allí residían y la segunda, sacar nuestra creatividad pintando lo que nosotros considerábamos sueño, felicidad, etc.
Y aquí, algunas de nuestras obras



Mon Montoya nació en Mérida pero la mayor parte de su vida se dedicó a viajar. De cada uno de los lugares que visitó se quedó con cosas significantes para él que probablemente para todos los demás hubieran pasado desapercibidos.
El título de su obra “El nido de los mirlos”  es una metáfora que aúna muchos de sus trabajos. Bajo este título ha querido reunir lugar y memoria. Se refiere al lugar bajo el nombre de “nido”.
Esta colección de Mon Montoya recoge cuarenta y cuatro obras; de las cuáles, la que más me llamo la atención fue la primera obra.
 En ella, el artista reflejo Segovia vista desde el alcázar, además, pinto sobre esta visión de Segovia, las casas de pájaros que en uno de sus viajes conoció y tanto le habían llamado la atención. La obra se realizó utilizando siempre formas geométricas y dando color a toda la obra para luego dotarla de personalidad con el blanco y negro que se superpone al color.

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