Con motivo de los premios Cirilo Rodríguez asistieron al campus María Zambrano algunos de los invitados a este evento. El tema a tratar fue el conflicto de Malí, y para ello, contamos con la presencia del embajador de dicho país, Sékou dit Gaoussou.
Hace un año estalló en Mali la rebelión Tuareg en el norte de este país y con el tiempo este conflicto ha ido evolucionando. El embajador compara lo vivido en su país con lo acontecido en Fukushima. Aquí, se vivio un terremoto, una rebelión en Mali, seguido de una explosión nuclear, es decir, en Mali un ataque terrorista. Todo este ha llevado consigo violaciones, amputaciones, lapidaciones, etc.. que al ocurrir en lugares marginales pasaban desapercibidas.
Considera que las causas de que todo esto tenga lugar es la extensión del propio país, el alto crecimiento demográfico y sobre todo, el nivel de pobreza que asola este país. Pero, para él, una de las causas principales es que se superponen dos políticas en la que predomina la idea de que el que tiene la fuerza es la ley. Además, hay que añadir a esto la falta de incentivo para el mantenimiento del ejército maliense (esto ha provocado el tráfico de personas, drogas, armas, etc.) y el islamismo radical que existe en Mali.
Antonio Martorell, otro de los invitados, cree que la crisis de Libia ha influido en dicho conflicto puesto que todos los ex-combatientes de esta crisis emigraron a Mali y, por lo tanto, han participado en el tráfico de armas. Algunos de los motivos de que la Unión Europa haya tardado tanto en participar en el conflicto son, según apuntaba el representante del ministerio de defensa, el principio de apropiación africana que da lugar a otro principio conocido como "No bouts of the ground". Además, señalaba que cuando estos problemas no habían llegado aún a la capital, la UE ya estaba tramitando la ayuda para este país, pero fueron unos "vamos a.." constantes que no llegaron a ningún puerto. Tuvo que ser, un error estratégico como dice Antonio Martorell, lo que hizo que el país (que antes no había movido un dedo) pidiera ayuda a Francia y las Naciones Unidas decidieran prestársela
La misión francesa de ayuda en Mali recibió el nombre de Serbal, y en ella contribuyó España dejando cruzar el espacio aéreo español a los aviones franceses que a Mali se dirigían, además de cediendo aviones a Francia para cualquier movimiento.
Los corresponsales de guerra Mayte Carrasco y Óscar Mijallo, contaban el conflicto de Malí desde sus propias carnes. Ellos nos afirmaron que había una muy mala cobertura, puesto que los ejércitos tanto franceses como malienses les habían prohibido grabar el momento del conflicto. Mayte afirmo que una de las cosas más complicadas era que las distancias eran muy largas y sólo se podían cubrir por carretera, puesto que si te desviabas podías ser secuestrada por los Yijadistas que querían llegar a Bamako para tomar el poder, como todos los demás grupos pero con fines diferentes. Además, dice que fue una guerra invisible, sin muertos y perfectamente organizada. Cuenta que todo ocurrió en la desinformación y que ni los habitantes del propio país sabían lo que estaba ocurriendo y, que era más fácil enterarse en la redacción en Madrid que en el país. Mayte fue una afortunada que consiguió grabar un combate puesto que el ejército francés (que solo filtraba información a los medios franceses) no estaba y la batalla les pillo por sorpresa. Fue una guerra simétrica cuerpo a cuerpo de un amalgama de gente que solo tiene un interés, ganar dinero con las actividades que se desarrollan en el Sahel (narcotráfico, tráfico de personas, de armas, violaciones, lapidaciones, etc.). Muchos de los participantes en este combate sólo lo hacían por necesidad, porque estas actividades dan de comer a mucha gente que no tiene dinero pero si una familia. Y para finalizar, Óscar Mijallo contó que les enviaron mal y tarde, debido a la crisis económica, a la carestía de las propias emisiones, al poco interés que se tenía en este conflicto, etc.
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