miércoles, 17 de abril de 2013
EMOCIÓN Y RAZÓN EN LAS CAMPAÑAS DE LA DGT
A lo largo del tiempo, las emociones han ido cobrando importancia y se han convertido en el motor de la vida de las personas. Retórica y persuasión han ido durante mucho tiempo de la mano y esto, ha sido aprovechado por la publicidad para hacer que los espectadores adquieran algo o simplemente se conciencien de lo que en anuncio se les dice, siguiendo, así el modelo AIDA (atención, interés, deseo y adquisición).En el caso de las campañas de la Dirección General de Tráfico, es curioso cómo han evolucionado con el paso de los años. En los comienzos de sus campañas publicitarias, los spots apelaban a la razón, siendo así un discurso más racional que emocional. El mensaje era severo y sólo quería enseñar lo correcto y lo incorrecto. La intención de estas campañas era enseñar e informar sobre la seguridad y advertir sobre el peligro tanto de los conductores como de los peatones en caso de no respetar la ley.A mediados de los noventa, el vehículo era un avance social que se acababa de introducir en la sociedad y por ello las campañas de la DGT estaban dirigidas casi siempre a educar e informar tanto a peatones como a conductores de este nuevo avance. En los spots, aparecían generalmente hombres debido a la condición social en la que se situaban las mujeres. Estas campañas estaban cargadas de racionalidad. Los mensajes eran severos, trasmitidos en 3º persona y desde el respeto. La única emoción que podía verse en estos spots era el miedo, pero no miedo a poder tener un accidente, era miedo hacia las autoridades por haber trasgredido la ley. En ocasiones, las campañas publicitarias utilizaban dibujos animados para intentar ocultar el miedo que tenían que sentir las autoridades tras muñecos con humor. La música, era un recurso poco utilizado, generalmente eran sintonías sencillas y sin letra con significado utilitarista. Finalmente, el spot terminaba con un mensaje breve pero fácil de recordar, que era lo que persuadía al espectador.En la actualidad, las campañas publicitarias de la DGT apelan más a la emoción, y tanto el mensaje como las imágenes están destinados a informar desde la persuasión, del peligro del alcohol cuando conduces, de la velocidad, de no llevar el cinturón puesto, etc.,.. Desde finales del siglo XIX y principios del siglo XX, la mujer empieza a tener un valor considerable en la sociedad, y por lo tanto, en la publicidad puesto que siempre ha ido al mismo ritmo que la sociedad. Así, las mujeres empiezan a aparecer en los spots como protagonistas e incluso llaman más la atención que si es un hombre.
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